jueves, 8 de noviembre de 2007

Sueño Stereo

Ok. Lo admito. Me gusta Soda Stereo, aunque nisiquiera haya nacido cuando la banda se formó, pero es que me es imposible no recordar mi infancia entre las canciones de ellos más las de Los Prisioneros y The Guns N' Roses. Todo es 100% culpa de mis treinteañeros padres, en esa época.
Cuando Soda Stereo anunció su separación, todos en mi familia deséabamos ir al concierto de despedida, pero no pudimos, en esa época viajar desde Antofagasta a Santiago era más caro de lo que es ahora. Eran demasiados gastos para sólo ir a un concierto.
Recuerdo haber visto junto a mi hermana, Ale, la primera vez que mostraban el último concierto en Buenos Aires, por MTV. Coréabamos 'Música ligera' sentadas en la cama, cuando se despiden y Cerati pronuncia: "No solo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo alrededor desde el comienzo; algunos siguen hasta hoy. ¡Gracias, totales!" Estáticas, sólo atinámos a comentar lo genial que debió haber sido estar allí, el momento que nos perdimos por ser tan chicas, por vivir tan lejos, y en la genial banda que jamás tendríamos la oportunidad de volver a ver.
Diez años después, recibo una llamada. "¡Jo! ¡Adivina qué! ¡Soda Stereo volvió! ¡Se reunieron y van a dar un concierto! ¡Tenemos que ir a verlos! ¡Viajo a Santiago, me quedo contigo y vamos juntas!", me explica mi hiperventilada hermana en un lapso de cinco segundos. "¡Ale, bakán! ¡Jamás me lo imaginé! ¡La raja!", fueron las cosas que atiné a decir. Soda volvería y ahora podríamos ir a verlos. Todo parecía genial, excepto el precio de la entrada.
Nuevamente, eran muchos gastos. Había que comprar las entradas rápido, antes que se agotaran las más baratas. No podíamos juntar el dinero para las entradas en un par de días. Además, había que pensar en pasaje de avión para mi hermana. Quedaríamos muy apretadas, en cuanto a dinero. Era demasiado. Finalmente, Ale me dijo que mejor no iría. Y yo, le dije que sin ella no pensaba ir a ver a Soda Stereo. No sería justo.
Octubre llegó y vi uno de los mejores conciertos de mi vida, Incubus en el Arena Santiago. La entrada me salió bastante barata y el bolsillo no me dolió. Vi una excelente banda californiana, que en vivo suena increíblemente, que me encanta y que, quizás, no volveré a ver.
¿Y Soda? Soda será para la próxima. Si hace diez años pensé que jamás los volvería a ver y que no se volverían a juntar, puede que dentro de veinte vuelva a pasar lo mismo, cuando les dé ganas de juntar un poco más de plata. Sólo espero que para esa vez yo tenga el suficiente poder adquisitivo o que rebajen las entradas. Si lo segundo sucediese, ellos se merecerían un "¡Gracias, totales!"

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